lunes, 27 de abril de 2009

Poniendo las cosas en orden.

Vivimos en un mundo en que se ha impuesto un sistema que privilegia las utilidades, las ganancias sobre todo. Persiguiendo este objetivo hemos desnaturalizado lo que generosamente puso el Creador en nuestras manos: un Planeta rico y hermoso, pleno de vida. Nos hemos vuelto idólatras. Todo lo queremos convertir en oro. Si pudiéramos, convertiríamos el agua y las piedras en oro. Nuestra ambición y codicia no tiene medida. Y no solamente eso, sino que lo queremos todo para nosotros. Todo para mí y ahora. Los demás, que se hundan.

Un mundo ordenado de esta manera, no es extraño que haga de todo una carrera por tener y acumular más, más y más. Para los que no pueden obtener el oro, serán las tierras, las casas, las propiedades, los carros, las acciones, los caballos…los títulos. Estudiar, estudiar y estudiar. ¿Para qué tanto acumular?

¿Para qué vivimos? No hemos sido creados para acumular nada. Es esta delirante carrera por tener más, para gastar más; acumular más, para derrochar más, la que nos ha llevado a la crisis en la que nos encontramos, que no es otra que crisis por falta de humanidad. Nos hemos vuelto egoístas y mezquinos. Lo queremos todo para nosotros y no somos capaces de dar nada.

Ese estilo, esa actitud, ese modo de vida se ha arraigado profundamente en nosotros y se refleja en todo lo que somos y hacemos.

Nos hemos olvidado de amarnos los unos a los otros. De la solidaridad, del compartir, del dar, del servicio. Todas estas han devenido en palabras huecas que las usamos como comodines, como jokers, cuando nos son útiles para obtener beneficios.

¿Para qué vivimos? Hemos sido creados para ser felices. Sólo es feliz el que ama. No tenemos tesoro más valioso que nuestra vida, y esta se realiza plenamente cuando amamos, cuando la damos a nuestros prójimo (a nuestros esposos o esposas, a nuestros hijos, a nuestros hermanos, a nuestros padres, a nuestros amigos, a nuestros compañeros, a nuestra sociedad, a nuestra patria…). Amar es dar. Sólo amamos si damos a cada quien lo que le corresponde, lo que necesita. Si tomamos lo justo, lo que necesitamos. Si no desperdiciamos, ni acumulamos. Solo amamos si cuidamos nuestro hogar, nuestro Planeta, la casa de toda la humanidad y creatura viviente y de los que vendrán después de nosotros, nuestros hijos nietos, biznietos…. Si el dinero, las propiedades, los títulos o los estudios nos hacen olvidar de ello, no sirven para nada.

Veamos y oigamos qué nos dijo al respecto Servern Suzuki en el ya lejano 1992:


viernes, 17 de abril de 2009

El triunfo de una desconocida: Susan Boyle

Ya en años pasados conocimos un vendedor que ganó este concurso de talentos en Inglaterra. Este año recibimos una nueva lección de una mujer de 47 años, que obviamente no es el estereotipo de triunfador al que estamos acostumbrados en la sociedad, donde para tener éxito hay que ser bello, joven (o parecerlo) y fithness. Realmente esta es una gran lección de la que creo podemos aprender todos, si somos sinceros captando el mensaje. No se trata de una casualidad ni de una excepción. El talento ha sido desparramado por Dios en toda su creación. Lo que ocurre es que no estamos habituados a verlo aflorar en una persona “común y corriente” para las categorías a las que estamos acostumbrados, que tuvo el coraje de manifestarse, con fe y confianza en los dones recibidos, por sobre todo prejuicio.

Lección primera: hay que mirar más allá. Quitémonos los lentes, las anteojeras del sistema; sacudámonos de los prejuicios y veamos más allá, que Dios se ha manifestado en todos nuestros hermanos y podremos verlo como surge en donde y en quien menos esperamos.

Lección segunda: todo es posible para el que realmente se propone, “es” y le importa un rábano lo que piensen los demás. Hay que seguir adelante, dando generosamente todo aquello que recibiste gratis, confiando en Dios, que de Él obtendrás el mayor reconocimiento al que puedes aspirar. y da sin medida lo mejor de lo que eres, a cuantos se cruzan en tu vida, sin buscar reconocimiento…si este llega, bienvenido sea.

Al menos, eso es lo que hoy aprendí de Susan Boyle hoy…

Puedes ver el video haciendo clic aquí